Día del niño en México, día para que los "veintitantos" saquemos esa foto del bailable de primaria en el único día en que es socialmente aceptable burlarnos de nosotros mismos siendo niños (porque, seamos honestos, los bailables de la primaria tenían un vestuario horrendo a pesar de lo que dijera mamá)Now Playing:
Well maybe there's a god above
and all that I ever learned from love
was how to shoot somebody
who outdrew you
- Allison Crowe -- Hallelujah -
Sin embargo, con el paso de los años me siento más reacio a celebrarme a mí mismo y a mi "niño interior". Se me hace, de cierta forma, un insulto a mí mismo y a los niños. Una broma pesada, un mal chiste o un acto de falsa humildad.
No odio el día del niño y ciertamente no odio a la niñez en general, pero debo aceptar los hechos: no soy un niño en el sentido biológico. Hay muchas cosas que hago desde la niñez y sigo disfrutando. Hay muchos recuerdos que tengo de mi niñez que atesoro con mucho cariño y nostalgia, pero éso no me hace un niño. Soy increíblemente ignorante en muchos temas, tengo demasiado que aprender de los demás y de mí mismo, tengo muy muy poca experiencia en muchísimas cosas importantes de la vida, pero eso no me hace un niño.
Esta confusión es bastante general entre la gente de mi edad y creo que parte de esta confusión viene de una sensación más o menos común: aún no nos sentimos adultos.
No sé por qué pasa esto ni sé si es muy común (mi experiencia anecdótica dice que sí lo es), pero sé que no está del todo bien. Por una parte me da la idea de personas que buscamos justificar, de alguna forma, algunos de nuestros gustos o hábitos: "ahora que es día del niño me puedo dar permiso de hacer algo que no hacía desde niño"
Por otra parte, esa actitud implica, tristemente, que es necesario tener un día "especial" para vivir esos gustos sin temor a ser juzgados. Implica una vida que normalmente no tiene juego, que no es curiosa y que se preocupa más de lo debido.
Son ésos los rasgos que deberíamos volver a aprender. No soy un niño y éste no es mi día, pero puedo celebrar los rasgos de la niñez que sí importan y que me han llevado a ser el "adulto" que soy. Como un no-niño, debo celebrar o al menos recordar que la vida es posible sin tantas complicaciones. Celebrar el día del niño, sin ser uno, debería celebrar actitudes más que acciones: la curiosidad, el asombrarse por todo aun si es rutinario, la ligereza de pensamientos y palabras, la falta de temor al fracaso, al juicio y al error; la capacidad de aprender algo nuevo, la conciencia de ser vastamente inexperto sin preocuparse por ello, la capacidad de conocer gente nueva sin prejuicios y (mucho más importante) la doble habilidad de buscar algo nuevo todos los días sin aferrarse enfermamente a ellas.
Esas son las características que admiro en los niños y que muchas veces no tengo o se me olvidan. Celebrar el día del niño, para mí, es saber que en algún momento fui así y que esa capacidad de ser feliz está en mi desde hace tiempo. Lo que quiero no es recordar qué caricaturas pasaban el sábado en la mañana; quiero recordar cómo podía hacer amigos un día, pasar con ellos toda la tarde y al día siguiente poder seguir estén ellos ahí o no.
Felicidades!
Bonus! Cosas "infantiles" que disfruta Andy
- Hacer ríos en la tierra cuando llueve
- Cereales sobreazucarados con leche
- Hacer y volar distintos modelos de aviones de papel
- Andar en bicicleta
- Abrazar a mi mamá cuando me siento triste