martes, abril 30, 2013

¿Quién es mi niño interior?

Now Playing:

Well maybe there's a god above
and all that I ever learned from love
was how to shoot somebody
who outdrew you

- Allison Crowe -- Hallelujah -
Día del niño en México, día para que los "veintitantos" saquemos esa foto del bailable de primaria en el único día en que es socialmente aceptable burlarnos de nosotros mismos siendo niños (porque, seamos honestos, los bailables de la primaria tenían un vestuario horrendo a pesar de lo que dijera mamá)

Sin embargo, con el paso de los años me siento más reacio a celebrarme a mí mismo y a mi "niño interior". Se me hace, de cierta forma, un insulto a mí mismo y a los niños. Una broma pesada, un mal chiste o un acto de falsa humildad.

No odio el día del niño y ciertamente no odio a la niñez en general, pero debo aceptar los hechos: no soy un niño en el sentido biológico. Hay muchas cosas que hago desde la niñez y sigo disfrutando. Hay muchos recuerdos que tengo de mi niñez que atesoro con mucho cariño y nostalgia, pero éso no me hace un niño. Soy increíblemente ignorante en muchos temas, tengo demasiado que aprender de los demás y de mí mismo, tengo muy muy poca experiencia en muchísimas cosas importantes de la vida, pero eso no me hace un niño.

Esta confusión es bastante general entre la gente de mi edad y creo que parte de esta confusión viene de una sensación más o menos común: aún no nos sentimos adultos.

I don't think I've read something any more true in my life.

No sé por qué pasa esto ni sé si es muy común (mi experiencia anecdótica dice que sí lo es), pero sé que no está del todo bien. Por una parte me da la idea de personas que buscamos justificar, de alguna forma, algunos de nuestros gustos o hábitos: "ahora que es día del niño me puedo dar permiso de hacer algo que no hacía desde niño"

Por otra parte, esa actitud implica, tristemente, que es necesario tener un día "especial" para vivir esos gustos sin temor a ser juzgados. Implica una vida que normalmente no tiene juego, que no es curiosa y que se preocupa más de lo debido.

Son ésos los rasgos que deberíamos volver a aprender. No soy un niño y éste no es mi día, pero puedo celebrar los rasgos de la niñez que sí importan y que me han llevado a ser el "adulto" que soy. Como un no-niño, debo celebrar o al menos recordar que la vida es posible sin tantas complicaciones. Celebrar el día del niño, sin ser uno, debería celebrar actitudes más que acciones: la curiosidad, el asombrarse por todo aun si es rutinario, la ligereza de pensamientos y palabras, la falta de temor al fracaso, al juicio y al error; la capacidad de aprender algo nuevo, la conciencia de ser vastamente inexperto sin preocuparse por ello, la capacidad de conocer gente nueva sin prejuicios y (mucho más importante) la doble habilidad de buscar algo nuevo todos los días sin aferrarse enfermamente a ellas.

Esas son las características que admiro en los niños y que muchas veces no tengo o se me olvidan. Celebrar el día del niño, para mí, es saber que en algún momento fui así y que esa capacidad de ser feliz está en mi desde hace tiempo. Lo que quiero no es recordar qué caricaturas pasaban el sábado en la mañana; quiero recordar cómo podía hacer amigos un día, pasar con ellos toda la tarde y al día siguiente poder seguir estén ellos ahí o no.

Felicidades!



Bonus! Cosas "infantiles" que disfruta Andy

  1. Hacer ríos en la tierra cuando llueve
  2. Cereales sobreazucarados con leche
  3. Hacer y volar distintos modelos de aviones de papel
  4. Andar en bicicleta
  5. Abrazar a mi mamá cuando me siento triste

jueves, abril 25, 2013

Maduración

Now Playing:

Now, for the first time, I think we're going wrong
Hurry up and tell me this is just a dream
Could we start again, please?

- Andrew Lloyd Webber -- Could we start again please? -
He pensado mucho en lo que este blog significa para mí. Aquí encuentro pistas de cómo era yo hace seis meses, un año, ocho años. Tener y mantener este blog nunca ha sido nada más que para mi gusto personal, de cierta forma es un monumento a mí mismo: no hay anuncios, no escribo con un "target" en mente; no hay un calendario de actualizaciones, mínimo de posts semanales ni nada de eso.

Todo eso contribuye seguramente a que no sea un blog famoso (además porque su autor no es famoso), lo cual está bien por mí. Odiaría tener que dedicarle tiempo a corregir posts porque son políticamente incorrectos o porque ofendieron a alguien. No es que mi misión sea pintarle el dedo a todo el mundo, pero éste no es un blog de noticias (donde se debe reportar con objetividad), no es un blog de opinión sobre temas importantes (donde se mantiene una especie de línea editorial), no estoy hablando a nombre de mi escuela, trabajo, familia, creencias u organizaciones. Éste es un lugar que reservé para mí porque, diablos, el internet es suficientemente grande para todos.

Si algún día colaboro o trabajo publicando de una forma más "seria" (digamos, un periódico o algo así) ahí sí cuido más lo que digo porque no hablo a título propio, sino como parte de algo más grande. Pero no en este lugar.

La falta de formalidad, además de ayudarme a no ser famoso, me ha ayudado mucho a mantener una distancia saludable con este lugar. No vengo a escribir por obligación, más bien por necesidad. Me han visto en algunos de mis peores momentos y en unos pocos de los mejores, pero sólo en aquellos que decido compartir por acá.

Todo esto es para dar a entender un punto: VdL es un lugar muy importante para mí, donde no acepto más ley que la mía. Valoro los comentarios bien pensados y que buscan argumentación más que pelea. Por eso no publico cosas como ésta (clic para angrandar):



Por cierto, si tú, el autor de este comentario, llega a leer esto debes saber que te considero un imbécil (por no leer el post), un cretino (por tu uso del español) y un cobardón que no quiere dar la cara por defender a sus amados Vázquez (o bien un huevón que no quiso entrar). Salvo que aparezcas y cambies esa impresión (que lo dudo mucho) así te quedarás



He cambiado mucho en estos 8 años y me mantengo por lo que he dicho continuamente: no dejaré de escribir aquí mientras pueda. Pero sí vendrá un cambio en mi forma de escribir y de organizar las ideas. Lo más seguro es que abriré un nuevo blog, con un nombre más coherente y contenido más enfocado. No voy a desaparecer ni abandonar VdL, pero ésto quedará como algo más cercano a mí, menos público y más desordenado. Pronto, no sé cuándo, pero pronto

miércoles, abril 17, 2013

Poker: la música en un individuo anormal

Now Playing:

Otro muerto, pero qué bonitos son
Calladitos, sin querer llevar razón

-- Mecano - Otro muerto --
Road

Anoche, al igual que muchas otras noches, me acosté para dormir aún sin sueño. Esto lo hago usualmente porque si espero a que me dé sueño de forma natural, me paso la noche leyendo o jugando Team Fortress 2. Apago la luz, me echo boca arriba sobre la cama y espero que mi cuerpo sepa lo que tiene que hacer. Espero con los ojos abiertos, aunque esté completamente oscuro para que venga el sueño; espero que mi biología me obligue suavemente a cerrar los ojos y perder la conciencia.

A veces pongo la radio para distraerme. Ahora ya no escucho tanta radio como cuando iba en la primaria/secundaria, más que nada porque las estaciones más populares están llenas de locutores con chistes sosos y las estaciones menos populares quedan ahogadas en mi único aparato que recibe radio FM (mi celular). Pero en la noche ya no hay locutores ni programas establecidos. En muchas estaciones a eso de las 11 de la noche comienza la programación de música + espacio de anuncios que a mí tanto me gusta. Algunas estaciones son mejores que otras en este aspecto: pasan unas 5 ó 6 canciones seguidas sin anuncios, el tiempo perfecto para que decida que ya fue suficiente y pueda cambiar de estación sin sentirme culpable.

Me hace daño tener musicales (de Broadway) en mi "iPod". En realidad no es un iPod, pero es más corto que escribir "reproductor portátil de música en formato digital". iPod es más corto que escribir el nombre completo y la nota aclaratoria de que el aparato en cuestión no fue hecho por Apple sino por Sony. Demasiadas explicaciones, regresemos al punto inicial: me hace daño tener musicales ahí adentro. Desde el punto de vista del meta-teatro musical, no tiene sentido alguno que la gente se lance a cantar a mitad de sus actividades diarias. Los soliloquios son aún más raros: ¿Quién ha visto a alguien que, para quejarse de un problema o lamentarse de su situación, se eche a cantar una tonada de alta dificultad técnica en lugar de, no sé, irse a tomar una copa o llorar en posición fetal en cama? Sin embargo, los musicales no son una representación factual de la vida cotidiana. Si quisiera ver algo "más realista" saco la cabeza por la ventana o me voy a dar un paseo. Los musicales fueron hechos por la misma razón que todas las obras de ficción que existieron antes que ellos: para presentar historias que, de alguna forma u otra, son extraordinarias. Las situaciones, los personajes, los conflictos y las (re)soluciones son algo muy distinto a lo que pasa en la realidad. ¿Por qué? No sé mucho de estos triques, pero sospecho que tenemos la necesidad de alcanzar esas fantasías extraordinarias y el musical es una forma más de intentar alcanzar esas realidades imposibles.

Me hace daño tener musicales en mi "iPod". Es muy chocante la diferencia entre lo que sea que está pasando allá afuera y lo que pasa en mis oídos-cerebro. Afuera llueve y tengo poco dinero, pero adentro estoy imaginando cómo sería "Jesus Christ Superstar" si estuviera ambientado en el siglo XXI (pista: los discípulos son hipsters; Anás y Caifás son algo así como empresarios de alto nivel). Por eso no funciono bien: me lleno la cabeza con ideas raras que no corresponden a "la realidad"; por eso me siento raro y alienado, y para huir a todo eso busco calmarme oyendo música, incluyendo musicales. Y el ciclo continúa.

Todo esto de dormir sin sueño, la radio FM, el absurdo deseable de los musicales y mi eterna situación de bicho raro me están pegando cada vez más duro. No sé si estoy solo, pero definitivamente me siento solo. No sé si la falta de comunicación con [ciertas personas] es normal y nunca la había notado, pero definitivamente la siento como una manta pesada que no deja respirar.

Es uno de esos momentos donde, literalmente, me levanto y digo en voz alta "Carajo, ¿para qué tanto problema? ¿Para qué me esfuerzo?". No vale la pena, o parece que no vale la pena.

Foto: Road por Dino Ahmad Ali, usada bajo una licencia Creative Commons attribution 2.0 Generic

lunes, abril 08, 2013

Una mala decisión, una buena conclusión

Now Playing:

I let the melody shine,
let it cleanse my mind,
I feel free now
But the airways are clean
and there's nobody singing to me now

- The Verve -- Bittersweet symphony -
Estoy apenadísimo contigo. Eso es bueno, supongo
Bed Window B&W

Anoche pensé en ti. No de la forma que posiblemente estás imaginando, pero sí con la misma intensidad. No sé si fue ese café extra grande combinado con pizza o el cansancio extremo en mis piernas los que me obligaron a quedarme acostado con el corazón latiéndome a 300 bpm.

Curioso ¿no lo crees? A pesar del high de la cafeína estaba completamente quieto, boca arriba, con las luces apagadas y escuchando Les Miserables con los audífonos más grandes que tengo. Convulsiones internas al mismo tiempo que sonaba A heart full of Love. Mezclar el ritmo de mi cuerpo con el de la música era algo así como cocinar comida mexicana aventando mole, tortas ahogadas y chiles en nogada en una licuadora.

No, no lo intenten. Tampoco lo de la licuadora.

Anyway, estaba pensando en ti como no había pensado en nadie desde hace años. Pensando en el rato que pasamos juntos y pensando que todo iba bien hasta que, de acuerdo a la profecía, la regué y me comporté como un idiota. Story of my life. Cuando llego a un punto crítico en una historia siempre hablo cuando debo callarme, me levanto cuando todos permanecen sentados y aviento tomates al escenario cuando todos aplauden.

No es la primera vez que me pasa este error específico, es la tercera o cuarta vez en mi vida; pero a diferencia de las veces anteriores, ésta sí que me pegó por dentro. Hace mucho tiempo que no me sentía tan mal frente a alguien.

No he pedido una disculpa apropiada y el optimista en mí me dice que no será necesario, pero igual quiero hacerlo.

Estos párrafos mal escritos ilustran una pequeña historia con una gran enseñanza/incógnita: ¿por qué esta vez sí me importó cómo me ve esa otra persona?
Love takes hostages

Foto: Bed Window B&W por Christopher Sessums, usado bajo una licencia Creative Commons Attribution-ShareAlike 2.0 Generic

miércoles, abril 03, 2013

Por qué no quiero ser adulto

Now Playing:

Sleep with dried up tears
Sleep with our dried up hearts
The love I give is nothing you wish

- Elizabeth Anka Vajagic -- Sleep with dried up tears -
my desk this morning

En días como hoy me siento terriblemente deprimido y sin ganas de hacer nada. Tengo problemas para despertar, para hacer mi rutina (que sale simplemente porque me pongo en "piloto automático") y para socializar con los demás. No sé si será una especie de depresión post-vacacional o por ciertas personas tóxicas que aún son parte de mi vida (y de las que no me he podido zafar por cuestiones más grandes que yo mismo). Sospecho que lo único que quiero es una vida fácil como la que tenía cuando era estudiante; las metas eran claras y las dictaba alguien más; el horario era fijo y no admitía variaciones; los descansos eran mejores y más regulares y la salud mental y emocional sí cuentan como razones válidas para ausentarse o pedir ayuda.

En cambio, en esta vida "adulta" parece que muchas de esas ventajas no existen: a nadie le importa si uno está sufriendo alguna enfermedad mental no incapacitante, se espera que uno solo encuentre las preguntas y las respuestas a quién sabe qué problema. Siempre y cuando uno sea capaz de sentarse y hacer "lo que se debe hacer" (que a veces es nada) uno recibe su paga, pero nada más. Poner a prueba ideas nuevas cuesta dinero y es visto como una inversión riesgosa y que casi nunca vale la pena, el esfuerzo y mucho menos el dinero.

No digo que la vida fácil de estudiante sea la mejor; una parte importante de la vida es aprender a hacerse responsable de uno mismo y de las cosas que ocurren alrededor de cada quien. El problema está en cómo se espera que se comporte un adulto "normal" y cómo se espera que actúe un estudiante o un niño:

Es curioso que a un "adulto normal" se le pide que se comporte de cierta forma, se vista bajo cierto código y obedezca todas las reglas aunque no las conozca; mientras que un joven puede transgredir muchas de esas expectativas y éstas se justifican bajo las frases de "aún es joven e inexperto" ¿Por qué es aceptable en un caso y reprochable en otro? ¿Sólo por la edad? Discúlpenme si no le encuentro el sentido.

El optimista en mí diría que la buena noticia es que los que hoy somos adultos jóvenes pronto estaremos en las posiciones "de poder" para re-hacer un conjunto de reglas más coherente con las necesidades del humano, uno que sí tenga en cuenta las muchas necesidades y que elimine las cosas que en realidad no son necesarias.

El pesimista diría que estadísticamente no pasará un gran cambio durante nuestras vidas, porque cuando seamos suficientemente viejos como para poder hacer las reglas, nuestra mente colectiva se habrá cimentado lo suficiente como para repetir las actitudes de nuestros padres. En el mejor de los casos, habrá una nueva generación que comenzará a notar todos nuestros errores (porque seguro estoy que los tenemos, nadie es perfecto) y ellos serán los que nos dirán que nuestra sociedad está mal pensada y no atiende los problemas humanos como se debe. Ad nauseam.

No es que crea que los grandes cambios a la sociedad y a sus reglas ridículas nunca llegarán; pero sí creo que no llegarán todas al mismo tiempo, ni llegarán rápido ni llegarán fácilmente.

Foto: "My desk this morning" por Sleepyneko, usada bajo una licencia Creative Commons Attribution-ShareAlike 2.0 Generic

lunes, abril 01, 2013

Don't look them in the eye

Now Playing:

Look down, look down,
You’ll always be a slave
Look down, look down,
You’re standing in your grave

- Alan Boubil y Claude-Michel Schönberg; "Work Song / Look down" -

Falling rain, Running Water

Estoy saliendo de una relación abusiva.
No puedo decir que ya salí de ella, pero ciertamente estoy más cerca de la salida que de la entrada. Han sido casi dos años de malos entendidos, faltas, pasivo-agresividad y desagrado en general (por ambas partes, no estoy diciendo que sea únicamente su culpa). Han sido dos años en los que por otras razones tuve que alejarme fuertemente de la música y mi entrenamiento vocal. En estos dos años han venido demasiados cambios para nosotros y aunque pudimos sobrevivirlos, el viaje no fue nada agradable.

Es bien sabido que cuando ocurre un problema grande entre varias personas, suele polarizarlas: o acerca más a los involucrados o los aleja. Bien, adivinen qué pasó en esta ocasión. Ahora añádanle las primeras transiciones a la “vida adulta” como un trabajo formal, el aprender a vivir de los recursos que uno gana sin ayuda, las presiones de la tesis y la titulación y puntos de vista muy diferentes sobre la vida en general. Todo esto sirvió para romper lo que ya estaba agrietado.

Pero afortunadamente estoy de salida. Estoy cortando cuidadosamente los pocos cabos que aún quedan, no porque quiera terminar “por las buenas” (porque definitivamente eso ya no es posible en este punto); más bien porque quiero un corte definitivo y que no deje lugar a dudas o a segundas opiniones.

Ello requiere un esfuerzo mental muy grande (al menos, para mí). Si todo lo que dicen los maratonistas es cierto, la fase final es la más dura, justo cuando puedes ver la proverbial luz al final del túnel. Los últimos metros son los que más duelen y en los que más se quiere apurar uno para cruzar la meta, pero si uno corre más de lo que puede, termina peor.

En mi caso, tengo todavía que aguantar algunos regaños (que desgraciadamente me merezco), soportar un poco de inmadurez y al final todo será mejor. Confío en mí mismo, sé que como el héroe de mi historia tendré un final feliz, pero no sin antes pasar por problemas. Éstos son los momentos definitivos, en los que más quiero hacerme bolita y llorar como el hombre inmaduro que soy a mitad de la jornada laboral. Son éstos los momentos en los que mis amigos verdaderos desaparecen y debo enfrentar todo yo solo.

Saldré bien al final de ésta, se los prometo; pero jijos cómo cuesta. No se alejen de mí. Gracias por leerme.

Foto: Falling rain, Running Water por Kirrus; usada bajo una licencia Creative Commons Attribution-ShareAlike 2.0 Generic (CC BY-SA 2.0)