lunes, abril 03, 2006

The continuous story...

Now Playing

(Vocal) Madame Butterfly
-Puccini-


Lamento cometer tantos errores. Lamento vivir de nuevo en castillos en el aire (y no verlos). Después de un rato de siesta llegué a la conclusión de que no puedo vivir esperando que un error se rectifique por sí solo. Mucho menos esperar que de un error nazca un milagro esperado de la nada.

La solución a muchos problemas es simplemente que las cosas ocurran, sin que se pueda hacer nada. A menudo esto nos duele porque nos creemos capaces de solucionar todo (o al menos ese problema) y después de un rato, vemos que es tratar de llevar el mar en un dedal (gracias Benedetti)

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Por otro lado, también hay problemas fastidiantes y vanos, peor no por ellos dejan de ser fastidiantes. ¿Ejemplo? El exceso de trabajo impuesto a nosotros los pobres escalvos-alumnos. ¿Para qué piden un ensayo de 6 cuartillas que no será leído? (porque fue calificado "completamente" en unos 5 minutos)

¿Para qué tanto examen? La autoevaluación, hasta donde yo la entiendo es eso: evaluarse a uno mismo, saber qué tanto se ha aprendido realmente y qué tanto no; qué hace falta repasar y qué no. ¿El objetivo ideal? Evaluarse, ver los errores y ewn base a ello mejorar.

Pero a algún idiota se le ocurrió darle una calificación para que esta evaluación tuviera "sentido" de forma que lo que antes era una herramienta para la mejora de los alumnos ahora es simplemente una carga y un número más que agregar a las incontables estadísticas de la educación nacional.

En otros países, esto se usa para evaluar tanto al alumno como al maestro para que ambos se corrijan. Desgraciadamente para esto hace falta mucho carácter, entereza moral y fuerza de voluntad para hacer los cambios... lástima que aquí no es así.

Tal vez tengan razón al decir que dios hizo a México y el diablo hizo a los mexicanos... ¿Tú qué crees?

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