martes, febrero 14, 2012

Un pensamiento agradable

Now Playing:

And then one day you find
ten years have gone behind you
No one told you when to run
you missed the starting gun

- Pink Floyd -- Time -
Humber River Window

Por primera vez en no sé cuánto tiempo, este 14 de Febrero no tengo sentimientos fuertes hacia ninguna persona en particular. No he planeado algún escrito, alguna salida para celebrar el amor (o la falta de). No siento ganas de hacer nada diferente, de buscar regalos para mí o para alguien más. Quiero un poco de rutina con sal.

Pero el día vendrá, sin importar lo que yo haga. Alrededor del mundo, miles de solteros se darán placeres de todo tipo para olvidar personas y situaciones, para quejarse del mundo comercial y materialista en el que vivimos. En todo el mundo, los enamorados se besarán y cenarán juntos. Se intercambiarán rosas, chocolates y juguetes de todo tipo. Puedo casi predecir los mensajes que mañana me llegarán al celular y lo que leeré cada uno de mis conocidos pondrá en Facbook.

Ninguna de sus opiniones al respecto (creo yo) está fuertemente influenciada por mí: los amargos y los acaramelados ya están pensando en este día desde hace tiempo y jamás me consultaron para saber cuál es mi posición. Creo que aún si me la pidieran, pocos reconsiderarían y se "cambiarían de bando".

¿Eso es algo malo? ¿Debería preocuparme más por lo que piensan los demás en una celebración como la del 14 de Febrero? ¿Debería tener una postura al respecto, algún sentimiento?

(Pista: la respuesta es "No")

Ese tipo de pensamiento es una falsa dicotomía; por alguna razón parece que las únicas opciones son estar a favor o en contra de una celebración cuando en realidad a mucha gente no le importa, muchos deciden no celebrarla y algunos cuantos ni siquiera saben que existe (curiosamente, esta celebración está asociada a otra falsa dicotomía: soltería versus relación; escribiré más al respecto en otro post).

Vamos un poco más allá y veremos que esto no sólo pasa en el día de San Valentín. Hay tantísimas cosas que pasan y sobre las cuales no tenemos ninguna  opción ni relevancia. Aprender a distinguir cuáles es un arte que sólo se puede mejorar a lo largo de muchos años de intentos, de fallos, de análisis y de aceptación amarga.

Sin embargo, es mucho mejor que vivir pensando siempre que todo lo que hacemos importa en todo de forma significativa. Eso no es confianza en uno mismo, ni una buena autoestima: es una delusión de grandeza. ¿No seríamos mucho más libres si todos aceptáramos que no podemos hacerlo todo?

Felicidades a quienes celebren San Valentín!

Foto: Michael Gil, usada bajo una licencia Creative Commons Attribution 2.0 Generic (CC BY 2.0)

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