martes, agosto 20, 2013

De encuentros y matemáticas sencillas

Now Playing:

Yo que ya he luchando contra toda la maldad
tengo las manos tan deshechas de apretar,
que ni te pueden sujetar
vete de mí

- Bebo y Cigala -- Vete de mí -

Rant post! ¡Léase bajo su propio riesgo!

Hace poco reflexionaba con un grupo de desconocidos en el internet acerca de cómo a veces me invade el sentimiento de la soledad. No la soledad de no tener una pareja sentimental o de estar relativamente lejos del resto de mi familia; más bien la soledad del que no tiene a nadie cercano a quién contarle cualquier cosa, desde que se rompió una agujeta hasta que se murió mi abuelo.
Las últimas veces que he hecho público este sentimiento me he encontrado con un montón de buenos deseos, pero malísimas acciones. En general, los que me escuchann responden diciéndome que "no estoy solo", que ellos están ahí para cualquier cosa que se ofrezca, que no me preocupe.
Eso es bonito y todo, pero es la típica respuesta sólo-agregue-agua que espero de los que llamo amigos. No es que no confíe en ellos, pero vamos, sé que si digo que me siento mal ellos me dirán que me apoyan. Si hay fuego le echarán un balde de agua. Si alguien estornuda, dicen "Salud!". Narrativa 101.
No me malentiendan, las personas a las que les comparto esto en la vida real son personas en las que confío (de otra forma no les diría nada) y son personas con excelentes intenciones, pero su apoyo moral es inútil la mayoría de las veces. Caray, si sólo se tratara de apoyo moral-verbal, puedo obtenerlo sin alejarme del escritorio y el problema no pasaría de ahí. Tal vez habría una especie de carrera tipo televangelista gringo en la que un fulano se sube al podium para proclamar buenos deseos seculares y frases de apoyo que se pueden repetir como mantras cuando uno se siente desesperado y/o está en el baño.
(Inmediatamente después de escribir este párrafo me di cuenta que esto existe: es el modelo básico del conferencista de superación personal. Un monito que se para frente a un micrófono a decirle a todo el mundo que lo escucha "¡Tú puedes, sé un campeón!". Ni en eso soy original)
Sin embargo la soledad no es algo que se trate con palabras, a menos que uno quiera terminar murmurando cosas raras en una cueva y sea llamado el Sabio/Tonto de la Montaña. La soledad necesita algo más que palabras de aliento.

Hace ya algunas semanas discutía este problema con algunos extraños en un rincón olvidado del internet. Fui ahí porque sé que podría encontrar personas que tuvieran los mismos problemas que yo; tal vez alguno incluso tuviera una guía o ayuda para encontrar una solución. Al menos podríamos hablar entre "iguales", siendo todos afligidos por esta condición.

Lo que pasó fue mucho menos agradable de lo que uno se hubiera imaginado, pero mucho más productivo. Al estar todos en un grupo hermético, los miedos más fuertes fueron saliendo a flote, uno por uno. Las cosas que sabíamos pero que no podíamos admitir ni siquiera a nosotros mismos, salieron como por arte de megia en esa reunión de solitarios. No era un sitio para la discusión racional de nuestras mentes, era un lugar para sacar todas las palabras irracionales y traicioneras que llevábamos dentro. Fue un exorcismo nada agradable y muy necesario.

Cuando me llegó el turno de hablar, presenté el pseudoargumento que llevaba masticando desde Enero: Al discutir mi soledad, la respuesta suele ser parecida a No te preocupes, todos pasamos por eso. El problema de esta actitud es doble.

Por una parte, esta actitud tiende hacia la negación o minimización del problema raíz. Si todos pasamos por ahí y seguimos vivos no puede ser tan malo, ¿cierto? Falso. No todos pasan por la misma soledad de la misma forma. No todos salen de ella. De los que salen, no todos lo hacen ilesos, los daños no son iguales y varios son irreparables. El argumento por la democratización no ayuda a nadie.

Por otra parte, las matemáticas de la soledad no son como muchos las pintan. No es posible que todos nos sintamos igual de incomunicados con el resto del mundo. Vamos a ver por qué.

Yo digo que uno de los "argumentos" de mi soledad es la extrema falta de comunicación entrante: siento que nadie me busca activamente si no es porque necesitan algo. Siento que no estoy presente en las vidas de los que conozco hasta que yo mismo me hago presente. Esto desde luego no es nada más que mi apreciación subjetiva, porque no puedo conocer lo que pasa en las mentes de los demás, así que sólo puedo basarme en la evidencia disponible (lo cual es fácil de hacer porque no hay ninguna).

La única forma que conozco para contrarrestar esto es tomar cartas en el asunto y yo mismo contactar a las personas en las que pienso. Funciona, pero sólo hasta cierto punto y después de varios intentos en los que no hay reciprocidad unos días o semanas después, me siento peor que cuando comencé, no tanto por el dinero y tiempo invertido sin frutos, sino porque parece confirmar mis sospechas y realmente no me gustan los resultados que veo.

No todos pasamos por lo mismo de la misma forma. Sean dos conjuntos, A (los que encuentran) y B (los encontrados). Si a encuentra a b, necesariamente B es encontrado. Esto suena a tautología, pero es necesario para establecer que no a todos nos ocurre el fenómeno de no ser encontrado. Todos los a en A encuentran a alguien y todos los b en B son encontrados. Si hay alguien que no es encontrado, pertenece a C. Las teorías que podrían explicar el hecho de que estoy en C son:
  1. El conjunto A está completamente vacío; o
  2. La unión de A y B no es igual a todo el universo (ergo, el conjunto C no está vacío)
La primera suena completamente ridícula al ver que la interacción entre personas existe. El conjunto A no está vacío, lo cual implica que B no está vacío. Por otra parte, you puedo observar al menos un elemento que no está en B ni en A (yo).

Meh, estoy cansado de escribir esto a lo largo de todo un día aburrido en el trabajo. Al final, sólo quiero decir que estoy solo, que me siento solo y que hay quienes lo tienen mucho mejor que yo. No digas que a todos nos pasa, porque ni nos pasa a todos, ni os pasa de la misma forma, ni con la misma intensidad ni durante la misma cantidad de tiempo.A lo mejor eres una de personas normales con vidas buenas y con amigos que te buscan. Yo no soy así. Cada vez más quiero serlo

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