Hace unos minutos, mientras visitaba a Mariana, me di cuenta de lo débil que llego a ser. Me quejo de estar descalzo cuando hay gente coja. lo que es seguro es mi ceguera. Ceguera de que no puedo o no quiero ver que hay más en el mundo de lo que yo puedo abarcar. Ceguera de verme como grano de sal en el mar. Ceguera de que no puedo, a pesar de todo mi saber, comprender qué me pasa.
No recuerdo si fue Kunti o Kuan-ti, pero recuerdo las palabras: Paciencia es la clave. La vida es corta, pero todo a su tiempo...
¿Cómo es que puedo expresarme con palabras habladas, si me cuesta tanto confesarle todo a esta pieza inútil e inanimada de plástico y transistores?¿Cómo puede el hombre ser lo que quiere ser y no quedarse soñando?¿Cómo podemos todos saber hasta dónde tenemos un límite y hasta dónde debemos volar para no azotar tan gacho...
Como dijera Andrés en tiempos de unidad:
¿Nunca has sentido la sensación de volar? ¿Nunca has sentido que no hay
límites? ¿nunca te has caído y roto un ala?
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