viernes, septiembre 18, 2009

Escribiendo de noche

Now Playing

Put 'em together and, what have you got?

- On The Record -

Esto de cambiarme mi rutina ha tenido, con todo, componentes buenos. Para empezar, voy a clases menos horas por día (a cambio, voy más días y tengo más actividades en casa). Me da oportunidad de hacer muchas cosas en la mañana que antes no podía hacer, como ir a pagar al banco, darme una vuelta por algunas tiendas y desayunar en pijama.

Pero han comenzado a aparecer signos no tan buenos. El primero es algo que yo valoro mucho: la comida. Creo que parte de la degradación de la cultura es que no le damos el valor adecuado a las cosas: mucho valor para minucias y nada para las cosas realmente importantes.

La comida: en mi familia (y en muchas, muchas más) siempre ha sido algo especial. Todos dejan de hacer lo que estén haciendo para comer. Antes, en algunas fábricas se detenía TODA la actividad de la planta para que todos comieran. No es sólo por el acto de proveer a tu metabolismo los nutrientes necesarios para mantener tu actividad sensorial. Se trata de darte un espacio para tí mismo y para convivir con los demás: compañeros, amigos y/o familia.

Ahora ya no comemos juntos en la escuela. Sí, nos seguimos viendo a diario y hasta en fines de semana para repelar juntos de la tarea mientras la hacemos. Pero comer juntos es un vínculo extra, uno especial para mí.

Otro punto negativo son las diferentes rutinas. En mi rutina de regreso a casa en la noche tomo un autobús que me deja bastante cerca (unos 10 minutos a pie). Pero en ese micro en particular suelen poner una estación de radio. Y a la hora de mi salida ponen música de banda y rancheras (que como sabrán, no son exactamente mi hit, pero no me quejo porque nadie se queja cuando yo pongo Montana Skies al trabajar). En dicha estación, a esa hora pasan uno de esos programas con locutores terribles. Lo que más tristeza me da es que uno de los "puntos fuertes" del programa es que un chico llame para que lo conecten con otra chica (o viceversa, pues) y para que "le eche los perros". Mis pensamientos:

  • Qué triste que haya quienes se atienen a eso para tener pareja.
  • Además los que hablan parecen tener cero puntos en cortejo formal (lo cual no importa mucho, porque de todas formas te dirán que sí)
  • Ésta pasó hoy: una chica decía que medía 1.79 y sus medidas eran de 90-60-90. Estaba a punto de gritar ésta frase, pero me contuve. Dejaré que el iluso se dé cuenta él mismo.
  • Los pasajeros del micro que tomo son, casi todos, trabajadores que, espero, regresan a casa. Me recuerda tanto a Eleanor Rigby. Es de esas canciones que me fascinarán cada vez que las escuche:

All the lonely people, where do they all come from?
Eleanor Rigby died in the church and was buried along with her name. Nobody came.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Vele el lado positivo a lo del camión! Esos programas son hilarantes, son decadentes y todo, pero súper cómicos, es como ver un programa en Animal Planet sobre el cortejo en simios o aye ayes :P jajaja

BTW, la escuela en la tarde sucks hard.

Saludos!